11 de Abril de 2010

Pedro, el otro grande de Pep

En ese gol, ese delicioso gol que acalló al Bernabéu, se resumió lo que es Pedro. El que era antes Pedrito. Ahora, ya desde ayer, como lo calificó el propio Guardiola, «es uno de los grandes de este equipo». Pedro recibió un pase de Xavi, delicado y preciso, pero él lo hizo todavía mejor. Controló con la derecha de tal manera que superó a Arbeloa. No solo tácticamente sino también en velocidad. Y cuando encaró a Casillas, la portería del Bernabéu no se le hizo pequeña. Más bien, todo lo contrario.


Acostumbrado a descubrir rendijas por todos los lados, desde Mónaco, en la final de la Supercopa de Europa, hasta Abu Dabi, con un cabezazo inolvidable, Pedro supo hallar la puerta del Bernabéu. Con un gol extraordinario por el control con la derecha y el ajustadísimo remate con la izquierda. Así es Pedro. Un control orientado con la derecha, otro toque con la diestra y esa zurda de seda para anular a Casillas. «No sabía cómo celebrar ese gol, la verdad que me sentí muy emocionado, con una alegría tremenda», confesó Pedro.


- Dedicado a la familia

Ese es Pedro. Juega con las dos piernas. En todos los estadios del mundo, sin dejarse impresionar por nadie. No solo había marcado en todas las competiciones, en los seis títulos que había logrado el Barça de Guardiola en el 2009, sino que le faltaba completarlo con un partido sublime en un escenario de leyenda. Anoche, en el Bernabéu, Pedro se coronó. No hacía falta, todo hay que decirlo. Alguien que ha marcado 18 goles esta temporada tiene el crédito que muchos le habían negado. «Quiero dedicarle este gol a mi familia, que no ha podido venir, a mis amigos, a todos los que han estado siempre conmigo. Y al míster, por supuesto. Le agradezco mucho sus elogios», dijo el joven canario.

Esa polivalencia de Pedro, empezó de extremo izquierdo en la primera mitad y acabó de extremo derecho en la segunda, no tiene precio. ¿Cuánto costaría un Pedro? No hace ni dos años que estaba en Tercera División. Como Sergio Busquets. Como Guardiola. No tienen precio esos jugadores, tampoco el técnico. Ayer el Barça jugaba sin dos delanteros de talla mundial: el sueco Ibrahimovic se quedó en casa lesionado y Henry, uno de los héroes del 2-6 de mayo del 2009, estaba en el banquillo mirando alucinado las cosas de Pedro. Pedro, el grande.

«No sé cómo definir lo que estoy sintiendo», decía Pedro, incapaz de encontrar las palabras a ese meteórico viaje que le ha llevado de Tercera a ser una estrella del mejor Barça de la historia.

 


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